jueves, 20 de diciembre de 2018

Les gilets jaunes

Escuchad nuestras voces, uníos,
si estáis hartos de que la noche ahogue vuestra voz,
si queréis liberaros de las cadenas que os atan las manos,
si soñáis un mundo para todos,
escuchad nuestras voces, uníos.

No dejéis que el eco distorsione la libertad
quiero refugiarme al calor de una generación encendida,
quiero que las llamas desvelen que no somos una juventud pasiva,
porque de las cenizas
renacerá un alba y un mejor día.

Escuchad nuestras voces, uníos.
No dejéis que os vendan el plástico
que inunda las olas del Atlántico.

Nunca nadie ha regalado nada,
por eso la lucha comienza con las palabras,
con los gritos derramándose al alba,
con las guitarras.

Pero nunca nadie ha regalado nada,
hemos conseguido lo que tenemos con sacrificios, sangre y lágrimas,
pero nos queda mucho por luchar.

Pero nunca nadie nos ha regalado nada
y si nos silencian y tergiversan nuestras palabras
habrá que llegar a las llamas:
un fénix volando entre las barricadas
de Madrid, Berlín, París o Praga.

Porque nunca nadie nos ha regalado nada,
llegará el fénix a traer lo que nos faltaba,
el más preciado tesoro: la esperanza.


Estudiantes en mayo del 68, aquellos días de vino y rosas.

Les gilets jaunes, en Paris, à 2018.




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